Vivian Bearing de 48 años, es una brillante e ingeniosa profesora de literatura inglesa, doctorada en filosofía y experta en poemas del siglo XVII.
Vivian se ha dedicado por completo a la vida universitaria, siendo una profesora exigente e intransigente. Su tranquila y solitaria existencia se ve alterada cuando se le diagnostica un cáncer ovárico metastásico en estadio IV, de difícil curación. Su única alternativa es someterse a un tratamiento experimental cuya eficacia no ha sido todavía demostrada y que, irónicamente, le será administrado por un joven doctor que fue antiguo alumno suyo.
Haciendo uso de su inteligencia e ingenio, Vivian afronta esta dura prueba, en la que acabará por darse cuenta de que el amor a la vida es su mejor arma.
La enfermera Susi se comporta de una manera correcta con su paciente. Al principio las respuestas de esta enfermera en torno a la paciente son un poco cortantes, pero a lo largo que se va desarrollando la película, nos damos cuenta, que la enfermera le permite a Vivian desahogarse y manifestar abiertamente sus sentimientos, así mismo, le da ánimos y fuerza para luchar contra la enfermedad.
Susi se preocupa por el estado en el que se encuentra Vivian, y pasa bastante tiempo con ella. Vivian le comunica a la enfermera su voluntad de no ser reanimada en caso de un paro cardiaco, ya que esta, le empieza a acompañar en el duro tratamiento. La enfermera practica tanto la comunicacion verbal, como la no verbal. Como he citado, Susi en todo momento sabe respetar la volutad de Vivian.
La profesora lo que nos quiere mostrar, es que debemos saber tratar a las personas, que es fundamental, por encima de todo conocimiento. “La teoría no le sirve de nada, use su inteligencia”. Entre ellas, apenas existe comunicacion durante el proceso de enfermedad.
El Dr. Kelekian le empieza a explicar a Vivian en qué consiste dicho cáncer y el tratamiento. Vivian en ese momento se muestra como una persona fría, calculadora y poco sensible, por lo que no muestra disconformidad con la proposición que le hace el doctor sobre empezar una investigación del cáncer, con ella como objeto de estudio. La primera escena donde le comunica su enfermedad; el médico, mediante una serie de habilidades comunicativas, pretende persuadir a la paciente para que participe en un ensayo clínico que aportará más conocimiento al tratamiento del cáncer ovárico. Para ello, la paciente deberá someterse a la dosis más potente existente de quimioterapia. La actitud del profesional, se ha centrado exclusivamente en lograr sus objetivos de experimentación, al margen de las necesidades y opiniones de Vivian.
El residente Jason es una persona que se centra más en lo científico que la persona en sí. La falta de respeto, la agresión a su intimidad y a su dignidad, el ser ignorada como personas, el hecho de tratar a la paciente como un simple libro, se va observando durante la película. A Jason se le puede definir una persona totalmente fría, sin empatía, ya que solamente se limita a preguntar y anotar en su cuaderno. Muchas veces Vivian se ha sentido humillada por su antiguo alumno, ya que su perspectiva no tiene ojos para ver el sufrimiento del otro.
Como conclusión final, me doy cuenta que el tratamiento que hace Vivian con la cámara hace que el concepto de empatía (ponerse en lugar del otro), sea sencillo, que los espectadores (en este caso los alumnos) se posicionen y se remuevan en los asientos, catalogando la película de muy dura, al reconocer en las escenas momentos vividos en sus prácticas clínicas.
"Muerte no te enorgullezcas, aunque algunos te llamen poderosa y terrible, puesto que nada de eso eres; porque todos aquellos a quienes creíste abatir no murieron, triste muerte, ni a mi vas a poder matarme, esclava de lado, la fortuna, los reyes y los desesperados, si con veneno, guerra y enfermedad y amapola o encantamiento se nos hace dormir tan bien y mejor que con tu golpe, de qué te jactas, tras un breve sueño despertamos a la eternidad y la muerte dejará de existir, muerte morirás." JOHN DONNE
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