¿Reconoces los sentimientos de las demás personas? ¿Comprendes por qué los demás se sienten así?
La empatía es la capacidad de entender los pensamientos y emociones ajenas, de ponerse en el lugar de los demás y compartir sus sentimientos. No es necesario pasar por las mismas vivencias y experiencias para entender mejor a los que nos rodean, sino ser capaces de captar los mensajes verbales y o verbales que la otra personas nos quiere transmitir, y hacer que se sienta comprendida de manera única y especial.
La empatía no se trata de un don especial con el que nacemos, sino de una cualidad que podemos desarrollar y potenciar.
Un individuo empático puede ser descrito como una persona habilidosa en leer las situaciones mientras tienen lugar, ajustándose a las mismas conforme éstas lo requieran; al saber que una situación no es estática, sacan provecho de la retroalimentación toda vez que saben que el ignorar las distintas señales que reciben puede ser perjudicial en su relación. Es también alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, diestra en leer “pistas” no verbales; sabe cuándo hablar y cuando no, todo lo cual le facilita el camino para regular de manera constructiva las emociones de los demás, beneficiando así sus relaciones interpersonales.
Es de sabios recordar que los malos entendidos solo terminaran cuando las personas entiendan el punto de vista de los demás. Por ello debemos estar atentos en todo momento, pues no siempre lo que le funciona a una persona le funciona a otra.
Esta habilidad es muy importante para nosotros frente a nuestra formación futura, ya que las personas que tienen empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales que indican lo que otros necesitan o quieren.
Vale más una imagen que mil palabras.
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