lunes, 7 de noviembre de 2011

Asertividad.

La asertividad se define como: “La habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara.

Un claro ejemplo de asertividad:
Sospechas que un amigo ha cogido prestado uno de tus libros sin pedírtelo antes. Puedes decir:

TU: Perdona, Leticia, ¿Has cogido mi libro de matemáticas? No lo encuentro por ninguna parte.
AMIGA: ¡Oh, si! Espero que no te moleste, lo necesitaba para hacer un problema.
TU: De acuerdo, está bien que lo cojas prestado, pero, por favor, pídemelo antes. Así no creeré que lo he perdido.
AMIGA: De acuerdo, es que tenía prisa.

Esta es una buena respuesta asertiva porque:

1. Evitas que tu amiga se enfade;
2. probablemente, te devolverá el libro;
3. esto evitará que vuelva a repetirse el mismo tipo de problema porque ahora tu amiga sabe que quieres que pida el libro antes de cogerlo.


El elemento básico de la asertividad consiste en atreverse a mostrar nuestros deseos de forma amable, franca, etc. Pero el punto fundamental consiste en lanzarse y atreverse.


Ser asertivo es tener la capacidad para expresar o transmitir lo que se quiere, lo que se piensa o se siente sin incomodar o herir los sentimientos de la otra persona. Existen unos derechos asertivos:
1.     Derecho a ser tratado con respeto y dignidad
2.     Derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones
3.     Derecho a ser escuchado y tomado en serio
4.     Derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones
5.     Derecho a decir “no” sin sentir culpa
6.     Derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también mi interlocutor tiene derecho a decir “no”.
7.     Derecho de opinión, idea o línea de acción.
8.     Derecho a cometer errores.
9.     Derecho a pedir información y ser informado
10.  Derecho a obtener aquello por lo que pagué
11.  Derecho a ser independiente
12.  Derecho a decidir qué hacer con mis problemas, cuerpo, tiempo, etc., mientras no se violen los derechos de otras personas.
13.  Derecho a tener éxito.
14.  Derecho a gozar y disfrutar.
15.  Derecho a mi descanso y aislamiento.
16.  Derecho a superarme, aun superando a los demás
17.  Derecho a decidir no ser asertivo.
Una vez realizado el test de la escala de asertividad, me he dado cuenta que soy una persona con un nivel bajo de asertividad. Aun así no me  preocupa demasiado porque todos podemos aprender a ser más asertivos, ya que la asertividad no es algo innato e inmutable. Es cierto que algunas personas son capaces de comportarse socialmente sin apenas esfuerzo y a otras les cuesta mucho, pero siempre se puede aprender.

¡La asertividad es contagiosa!

Si expresamos lo que queremos, con claridad y sin agredir a los demás, es mucho más probable que nos comprendan y nos respeten.


“Solo nuestra asertividad puede aumentar la asertividad de los demás”.


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